Yordano Ganem Hernández
Los medios de difusión masiva deberían responder a quienes pertenecen, y en una sociedad socialista ya no están destinados a servir a las manos privadas que representan a una clase, en cambio son un instrumento de lucha ideológica y política, que no dejan de serlo en una sociedad de clases, pero ahora simbolizan los intereses de los ciudadanos sin distinción clasista.
“Desde
el punto de vista marxista-leninista, es una necesidad insoslayable que la
clase obrera en el poder ejerza la dirección
de estos importantes instrumentos de manera que actúen en el interés de
las transformaciones revolucionarias, como órganos del Partido, del Estado y de
las organizaciones de masa y sociales en las tareas de educar, informar,
orientar, organizar y movilizar al pueblo apelando a la razón y a la conciencia.”(Informe I Congreso PCC,
1975 )
Un
objetivo de los capitalistas ha sido siempre mantener a un nivel, digamos
subliminal, la esencia de la clase de los medios, ocultándose bajo el manto de
la mal llamada libertad de prensa, de esta manera se le hace pensar alos
receptores que todos son protagonistas, manejándolos de modo tal que acepten
cosas con las que quizás difieran. “De este concepto burgués decía Lenin: “es
la libertad de los ricos para engañar, corromper y embaucar cadadía, de manerasistemática
y continua, con millones de ejemplares, a las masas explotadas y oprimidas del
pueblo, a los pobres” (Informe I Congreso PCC, 1975). Y definió la posición del
Socialismo al expresar: “En eso consiste la libertad de prensa que han
suprimido los bolcheviques. Y se enorgullecen de haber dado por vez primera
libertad a la prensa con respecto a los capitalistas,
de habercreado por primera vez –en un inmenso país- una prensa que no depende
de un puñado de ricos y millonarios; una prensa consagrada por entero a las
tareas de la lucha contra el capital”.
La
Cuba de hoy, la Cuba socialista ha dejado bien claro, en el anteproyecto de la
constitución Socialista que en su
art. 62 reconoce a los ciudadanos
libertad de palabra y de prensa conforme con
los fines de la construcción del socialismo, y expresa que los medios de
difusión masiva son de propiedad Estataly social y no pueden ser objeto, en
ningún caso de propiedadprivada, “lo que asegura su uso al servicio exclusivo del pueblo trabajador y del interés
de la Sociedad.”
La
palabra libertad, si a prensa se refiere, es una falacia, una fantasía y solo
existe para marcar límites y para saber qué corresponde decir a los medios de
prensa privados y a los estatales. Estos medios que conocemos como Medios de
Difusión Masiva, ya pertenezcan a uno u otro sistema político –o a ninguno-, lo
que hacen es representarnos la realidad de sus sistemas, las verdades que ellos
ven y evidentemente interpretan desde su óptica. Según dicen, la plena
identificación con las necesidades y aspiraciones de las masas en todos los órdenes,
es lo que permite a los medios de difusión masiva en el socialismo expresarse
con la libertad que se le niega en las sociedades burguesas, donde sirven a los
intereses económicos e ideológicos de la
minoría explotadora, que impiden que en sus órganos de difusión se exprese toda
manifestación de las causas populares; se pudiera decir también: según convenga
a sus intereses o los considere amenazados, los privados arremeterían contra
los socialistas y viceversa, lo que conviene es tener la posibilidad de
triangulación y así darle a los verdaderos protagonistas de las historias el
papel que les corresponde.
En
un país socialista, donde los medios de difusión masiva son propiedad estatal o
social, cesan las restricciones que les imponen los capitalistas que, guiados
por el afán de lucro, limitan su uso a áreas de alto potencial de consumo,
donde esté garantizado la ganancia a los que invierten en él, marginando a
sectores de la población de menos poder adquisitivo.
Los
periodistas deben tener como máxima representar con imparcialidad a los que no
tienen voz, a los que por cuestiones económicas no reciben el mismo tratamiento.
Deben simbolizar la justicia, la verdad, una verdad que cerca de apoyar
cualquier gobierno, apoye a quienes sean justos, humildes e ignorados por este
mismo gobierno. Esto ha hecho la prensa en la Cuba de hoy, dar voz a los oprimidos, a los
desheredados.
La
experiencia histórica ha confirmado la justeza de la concepción marxista-leninista
acerca de la trascendente función social que corresponde a los medios de
difusión masiva en la tarea de construir
el socialismo y enfrentar, en el terreno político-ideológico y cultural, al
capitalismo. Esto es justeza, esto es prensa revolucionaria e imparcial.
Cuba
por muchos años fue sometida a este tipo de restricción, como la mayoría de los
países subdesarrollados. Zonas de escaso poder adquisitivo y elevado índice de
analfabetismo, como las regiones montañosas, carecieron de periódicos,
transmisiones radiales y de televisión, de exhibiciones cinematográficas, hasta
el triunfo revolucionario que las ha ido liberando del atraso también en este
orden.
Antes del triunfo hubo
prensa.
Las
características de la prensa socialista, se inscribieron desde el surgimiento
de los medios de comunicación para informar y situar al pueblo, que saturado de
“medios de venta”, necesitaba un nuevo enfoque, la perspectiva del proceso
revolucionario. Como la historia era diferente antes del triunfo
revolucionario, se necesita comprender qué pasó entonces.
El
siglo XX deviene momento exclusivo para el desarrollo de la profesión
periodística en Cuba. El advenimiento de una serie de hechos, aparejados a la
marcha de la República Neocolonial (1902-1958) otorga a la prensa cubana
características excepcionales en su historia. (HernandezGutierrez, ND)
Dos siglos de periodismo en
Cuba es nuestro evangelio en cuanto a prensa se
refiere, Juan Marrero es el encargado de hacernos comprender la evolución y en
algunos casos involución del periodismo nacional. No obstante la profesión acató
las órdenes del tiempo y el desarrollo mundial: las nuevas formas de redacción,
la irrupción de las nuevas tecnologías de impresión y la inserción de la
fotografía como elemento fundamental en revistas y periódicos.
La
sombra capitalista resguarda sus intereses en cada sector de la nación cubana.
Según Ernesto Vera y Elio Constantín en El
periodismo y la lucha ideológica, durante los años de la república
mediatizada la prensa dominante en Cuba tuvo un carácter netamente
imperialista, reaccionario como consecuencia de la situación semicolonial.(GonzalesGarcia,
ND)
El periodismo
y la lucha ideológica, fue la vía que encontraron los autores para definir la prensa
imperante, calificándola como un medio utilizado para negar y ocultar las
mejores tradiciones de las luchas independentistas de nuestro pueblo. Los
medios, quienes respondían a sus prestamistas difamaban constantementela
ideología de la clase obrera. Apoyándose en falsos valores, trató de sembrar en
la conciencia de nuestro pueblo la frustración, el conformismo, el fatalismo
geográfico y político, además muy especialmente, el anticomunismo. Un pueblo
acostumbrado a la miseria no ve más allá que lo propio, se enajena, la
velocidad de la vida no le permite notar la manipulación que está rigiendo sus
movimientos.
Cuba
no solo tuvo prensa para sus internos, ciudadanos, la Segunda Guerra Mundial
fue un trampolín para mostrarse al mundo; quizás no como potencia en
comunicación, pero con las fuerzas suficientes como para hacerse eco en una
campaña antifascista. Durante ese período gubernamental Fulgencio Batista —el
hombre fuerte de Cuba— "que era muy hábil, muy sagaz en la politiquería,
le dio apoyo a los periodistas para fundar el Primer Colegio de Periodistas de
América Latina (1943) y para hacer antes el Primer Congreso de Periodistas
cubanos en el año 1941". (Quintana Pérez, ND)
Añaden
además, Ernesto Vera y Elio Constantín, que algunos años después, la
agudización de la campaña anticomunista patrocinada por Estados Unidos contra
el campo socialista obstaculiza esta "apertura informativa".
Durante
el período de los gobiernos auténticos y principalmente en el que correspondió
a Carlos Prío la embestida contra las ideas revolucionarias, principalmente las
marxistas y leninistas alcanzó niveles sangrientos. Mas, presumimos que debido
a su conformidad con una buena suma de billetes al retirarse del gabinete
presidencial, Prío optaba por mantenerse indiferente ante los severos asomos
críticos que denunciaban sus fechorías.
La
descripción del papel que desempeñó la prensa, periodismo y periodistas, en la
triste etapa de la tiranía de Batista (1952-1958), requeriría un meticuloso
estudio y acopio de datos, que rebasaría los límites de un simple bosquejo histórico.
Y es que existían otras censuras, aparte de las ya formalmente oficializadasque
tenían un carácter permanente y que utilizaban formas mucho más sutiles y más
ocultas para la gran masa de lectores. Nos referimos a:
El soborno oficial.
El chantaje de los
anunciantes nacionales y extranjeros.
La presión de la embajada de
Estados Unidos, mediante el control estricto de las cuotas de papel periódico.
Las obligaciones que
contraían los dueños de periódicos, por la posesión de acciones y valores, en
determinadas industrias y/o compañías anónimas.
El soborno de las
asociaciones de comerciantes e industriales, de los productores de azúcar
(hacendados y grandes colonos) y otras organizaciones de medianos o grandes
intereses coaligados.
La
presión ejercida por una sociedad capitalista, gobernada por una oligarquía
sometida a los intereses foráneos, propia de un país tercermundista y
dependiente, que enfilaban su agresividad, en la lucha de ideas, contra los
trabajadores, campesinos, intelectuales progresistas, estudiantes más radicales
y en general contra todos los sectores y capas conformadas por el pueblo más
humilde, en eterno desamparo.
El
apoyo dado a esa gran prensa, de circulación nacional y notable influencia de
opinión, por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) integrada por los
grandes propietarios de diarios en el continente, que compartían
invariablemente una ideología de derecha y en no pocas ocasiones, francamente
reaccionaria.
El
periodismo en la etapa de seudorrepública resultó fecundo en cuanto a
publicaciones se refiere. Con el golpe de estado de Batista, el periodismo
militante pudo desenvolverse en la legalidad y semilegalidad salvo en regímenes
dictatoriales como los de Gerardo Machado y el ya mencionado Fulgencio Batista,
esto pudiera verse como impedimento para el progreso de la prensa cubana, pero
todo lo contrario, significó el riesgo de los patriotas, el compromiso con los
sufridos.
Hemos
hecho referencia a dos tendencias dentro de la prensa cubana antes del triunfo
revolucionario de 1959; una dada por el servilismo a los intereses del régimen
(prensa dominante) y otra que repudia la injusticia y abraza las
transformaciones políticas profundas.Dentro de la primera no podemos dejar de
mencionar a las grandes empresas periodísticas de Cuba: Diario de la Marina (1844), El
Mundo (1901) y El País (1941). (Vidal
Rodríguez, ND)
Diario
de la Marina, durante los años de gobierno auténtico, no denunció los robos ni
el gangsterismo aunque sí aprobó la práctica del divisionismo en la clase
obrera y la imposición del mujalismo. Tampoco lo hizo el diario nacido en los
albores del siglo. "Sus intereses –serios- estuvieron muy por encima del
pueblo. Pero se las arreglaba para mantener una aparente equidistancia entre el
poder y sus adversarios."Pueden incluirse también en esta tendencia
reaccionaria, a otros tantos cuya política dependía de los intereses del
gobierno de turno:Alerta (1936), Avance y El Crisol, que son considerados "hijos" de los grandes
diarios mencionados anteriormente.
Contrarios
a estos periódicos subordinados a la burguesía nacional surgieron otros
preocupados por la defensa de los intereses del proletariado y de los sectores
más humildes del pueblo. Justicia, Bandera
Roja, La Palabra y Línea, fueron antecedentes sobresalientes de la
publicación Noticias de Hoy (1938) y
que desempeñó un extraordinario papel como servidor de la causa
antiimperialista del pueblo cubano, de la lucha contra la explotación, por el
socialismo y la paz. (HernándezGutierrez,
ND)
La
década del 30 devino momento propicio para la circulación de la prensa
comunista y revolucionaria. Además, incluimos en esta secuencia de voceros de
las ideas justas a El Centinela, Mella, La
Palabra, la revista Masas y Mediodía.
A diferencia de la corta duración de estas publicaciones, Noticias de Hoy
disfrutó de una existencia legal en etapas semidemocráticas. Sufrió después el
asalto, la persecución y la censura hasta ser clausurado definitivamente a raíz
del asalto al Cuartel Moncada(Sala de prensa,2009).El período posterior al
cuartelazo del 10 de marzo suscitó la concurrencia de una prensa llamada por
Vera como "prensa masiva", al referirse a la nacida de la
clandestinidad y que figura como clave dentro de los momentos de la historia
del periodismo progresista en cuba antes del triunfo de la Revolución.
Pero
la censura de la prensa en Cuba, antes de 1959, era ejercida también por los
anunciantes, grandes firmas industriales y compañías importadoras y
exportadoras, que invertían cientos de miles de pesos en publicidad,
mensualmente, en todos los medios de comunicación, incluida la radio y la
televisión. El hecho de la existencia de contratos publicitarios de los grandes
anunciantes era la mejor mordaza, para la tan proclamada “libertad de prensa”.
Entre
otros está el caso de la tienda por departamento "El Encanto", cuyos
propietarios practicaban el contrabando a gran escala, burlando al fisco. Si
por casualidad se llegaba a abrir una causa criminal, por una denuncia, que
nunca prosperaría, los jefes de Redacción o Información, recibían una nota bien
explícita de la dirección: "Del asunto de El Encanto nada". Desde
luego que esto podía funcionar como un propio chantaje patronal al anunciante,
forzándolo a ampliar el contrato publicitario, bajo la amenaza de publicación
de cualquier escabroso asunto.
Llegó la Radio
Allá
por los años 20 de 1900, Cuba se adelanta a toda América Latina e inicia las
transmisiones radiales siendo así la primera, fundada por Luis Casas Romero(Navia Jordán, ND). Luego, a mediados
de siglo se incorpora a los medios ya existentes, uno más completo y
aglutinador: la Televisión.
La
radio en Cuba alcanzó un sorprendente arraigo popular en nuestro país y fuera
de él. Diez años después de su inauguración, en la isla había sesenta y dos
emisoras, lo que la situaba en el cuarto lugar del mundo.
Sin embargo,
no es hasta la década del cuarenta que este medio adquiere un impetuoso
desarrollo. Cifras ofrecidas en Dos siglos de periodismo en Cuba, refieren 156
instalaciones radiales en el país hacia finales del decenio. Surgen dentro de
este período, la CMQ (1942) y Radio Reloj (1947).Los micrófonos de la
CMQ estuvieron a disposición de las nuevas generaciones, —estudiantes y
profesores de la Universidad— para pronunciarse y constituyó la trinchera
combativa de Eduardo Chibás en su lucha contra la corrupción administrativa y
otros males sociales.(Marrero)En esta apretada síntesis del impacto logrado por
el medio radial en Cuba, no podemos olvidar a dos figuras: Guido García Inclán
con El periódico del aire en la
emisora COCO, y José Pardo Llada en Unión Radio con un timbre de voz
exclusivo y un mensaje populista. (Quintana Pérez, ND)
Los
"mastines" de la radio y televisión eran Goar y AbelMestre quienesabren
alrededor de 1950 el canal 6 y CMQ.; Manolo
Fernández, los hermanos Salas, Amadeo Barletta-y su hijo de igual nombre-pone
en funcionamiento el canal 2. Y con posterioridad se crearon los canales 7, 11 y 12, este último en colores.Sin olvidar
a aquel talentoso publicitario, pero carente de escrúpulos, para engañar a las
oyentes de sus programas, llamado Gaspar Pumarejo quien inauguraUnión Radio Televisión, Canal 4 (1950)
Es conocida
la forma en que los hermanos Mestre actuaban al respecto. Si un anunciante
manifestaba su interés en anunciar su producto por el Canal 6 de la TV, se les
hacía saber que para aspirar a ello, debían firmar contratos publicitarios
similares con CMQ Radio, Radio Reloj y con la emisora radial CMBF, pertenecientes
todas al gran monopolio. El canal 2 de la TV, propiedad de los Barletta,
procedía exactamente igual.
El
medio de comunicación televisivo tuvo poco alcance en sus primeros años de
fundado. Como dato interesante sobre las posibilidades que abría a la publicidad
la llegada de la imagen, el 75% de su programación iba encaminada al
entretenimiento y los anuncios publicitarios. Los espacios noticiosos eran
mínimos y los acontecimientos que reflejaban prescindían —como lo hacía la
prensa escrita— de temas relacionados con la crisis social y los atropellos de
las fuerzas represoras del gobierno.
El triunfo tuvo su prensa
Los
cambios sociales relevantes entraron como Fidel Castro a la Habana, al tiempo
que triunfó la revolución. La población respiró aires de verdadera libertad, la
nación se sumergió en aguas turbulentas y la prensa se encargó de traerla a la
superficie con un discurso diferente, significó el comienzo de una nueva etapa.La
prensa capitalista y sus adeptos, con los directores poderosos de los medios de
prensa disimiles, se marcharon del país y la campaña de desprestigio comenzó
apoyados por los yanquis imperialistas. Solo unos pocos de estos periódicos
fueron intervenidos por el nuevo mandato, y otros, fueron sustituidos por una
nueva vertiente discursiva que dejaba ya entrever, cuál era el verdadero objetivo
de la Revolución cubana. La nacionalización de la gran prensa en Cuba fue
resultado de un proceso, al tiempo que se reanudaron o nacieron medios de
comunicación al servicio de la Revolución.
El
papel de la prensa alternativa que se creó con el triunfo de la Revolución fue
construir una muralla contra la manipulación de la realidad. Se trataba de
Cuba, que constituye un caso único visto la diferencia enorme entre la
representación ideológica transmitida por los medios occidentales y la realidad
del país.(¡2)
El
estado llevaba un paso adelante y esto se lo brindó la astucia de convertir a
los medios de prensa en un arma poderosa con el objetivo de dar la información neutral
a los ciudadanos, además de que defendía el orden político, económico y social
establecido, por diversos medios eficaces, tales como la propaganda política a
través de los discursos y sobre todo, los editoriales en primera plana.
"Los
medios de comunicación son en una amplia medida, (…) los transmisores más que
no los creadores de las causas y de los efectos de los que por lo general se
ocupan los historiadores", comenta Michael Schudson, a propósito de las
lagunas metodológicas y teóricas que en la actualidad dificultan el camino a
quienes se proponen hacer la historia de los medios de comunicación, los cuales
"se desarrollan en el telón de fondo, no en primer plano ocupado por el
acontecimiento de las principales líneas de los temas históricos." (HernándezGutierrez,
ND)
Serrano
establece que "para que el Sistema de Comunicación Pública pueda verse
modificado por un cambio del Sistema Social, sólo se requiere que le sea
dependiente. Pero si además sucede que a veces el Sistema Social resulta
afectado por la transformación del Sistema Comunicativo, esa interdependencia
supone, por definición, la independencia suficiente para que el Sistema de
Comunicación llegue a tomar la iniciativa del intercambio."
La
autonomía de un Sistema Comunicativo caminaanálogo al desenvolvimiento del Sistema
Social, aunque no exista siempre sincronía. Ambos sistemas "están
organizados de modo diverso y sus componentes satisfacen en cada caso funciones
específicas que nunca hasta ahora han aparecido completamente reguladas por el
control del otro."Cada uno cuenta entonces con procesos internos e
independientes de ajuste, eso sí, provocados por la afectación del otro, y que
se resuelven "según las leyes que regulan el funcionamiento del propio
Sistema afectado y no según las que rigen el funcionamiento del afectante…” (Marrero,
ND)
La
Revolución Cubana en sus primeros tres años; época saturada de cambios
políticos y sociales, época en la que subvirtieron todo el régimen imperante,
encauzando al país por la vía de la igualdad. Y cumpliendo con el objetivo de
recabar en el imprescindible concurso de los medios de comunicación como
vehículos promotores de la nueva realidad, solo posible de lograr con el
esfuerzo unificado de toda la sociedad.
Por
la capacidad educadora y formadora del ser humano, estas instancias (Medios de
comunicación, etc.) controlan y conducen los rumbos de la producción y la
oferta de información. Desde esta perspectiva, son modalidades de control
social por el recurso a la información todas las acciones que inciden en la educación
de las personas: estudios ajustados; manifestaciones culturales, artísticas,
rituales o recreativas; oferta de noticias que circulan por sistemas informales…
Con
la nueva situación que se creaba en Cuba con el triunfo de la insurrección
armada encabezada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, se abrían a la prensa
revolucionaria nuevos horizontes de una amplitud sin precedentes en nuestro
país, pero al mismo tiempo se planteaban nuevas tareas de una magnitud también
sin precedentes en Cuba: La prensa en general sufría de inmediato las
transformaciones irreversibles, pero a la prensa revolucionaria en particular
le correspondía la extraordinaria tarea de transformaciones, no solo en el
contexto de los profundos cambios que comenzaban a operarse en toda la sociedad
cubana, sino también, y sobre todo, a contribuir a ser vehículo de esos
profundos cambios políticos, económicos y sociales. Por tanto a esa prensa le
urge la tarea de contribuir eficazmente, como medio masivo de comunicación, a
impulsar, esclarecer y acelerar las profundas transformaciones que comienzan a
operarse en nuestra sociedad, y por supuesto, evolucionar ella misma
simultáneamente con las transformaciones dirigidas por las fuerzas
revolucionarias que van asumiendo el poder.
En
este fenómeno, surgido al calor de la lucha insurreccional nacional liberadora
y revolucionaria, encontramos en la prensa consecuente con esa lucha los
elementos de síntesis más completos que expresan la riqueza política e ideológica
de la revolución cubana. No solo vemos un Ejército Rebelde, sino que está
presente también la contrapartida antagónica una prensa de riesgo y heroísmo
que llega al pueblo y comprueba que en nuestro país los medios de comunicación,
son dirigidos (reformados cuando es necesario) hacia el establecimiento y
permanencia de instituciones integradoras de determinado sistema social. Son
acoplados a dicho sistema para actuar en consonancia y facilitar que estos se
establezcan en las categorías mentales de los elementos de la sociedad.
Gracias
a estos acoples y mediaciones, se logra la hegemonía social (duradera o no) de
determinado orden, condicionando a las personas desde la propia idiosincrasia,
la cultura popular, que legitima entonces los puntos de vista ofrecidos como
propios. Se puede comprobar que de esta manera funcionan en la actualidad las
sociedades del mundo, con mayor o menor éxito por parte de las instituciones
detentadoras del poder.
Los sesenta y la prensa
"Los
sesenta" han sido codificados en la memoria, con razón de sobra, como la
época heroica, por la Reforma Agraria y las que le siguieron en corto tiempo,
por la rápida victoria sobre la invasión de Playa Girón, y la menos rápida pero
igualmente contundente sobre la contrarrevolución interna. Por la crisis de
octubre, que tensó al máximo la cuerda de la confrontación mundial, y permitió
a Fidel Castro desplegar sus cualidades de líder y de estadista. La humanidad
tendría que reconocerlo desde entonces como una figura de talla mundial y no
sólo como el jefe de la revolución que había triunfado en la isla más grande
del Caribe. No fue el alineamiento el signo de su grandeza sino la singularidad
y la justeza de sus posiciones y la capacidad, la coherencia y la valentía para
defenderlas.
En
los primeros meses existía un alto espíritu de lucha, pero existían desiguales
niveles de compromiso con la opción socialista y las alianzas establecidas
internacionalmente. La mayoría se había identificado plenamente, pero también
convivían sectores con preocupaciones, dudas y desacuerdos explícitos o
implícitos en su quehacer.
El
debate giró esencialmente sobre el rumbo de la revolución, y esto se reflejaba
en una prensa que conservaba la configuración del espectro mediático precedente
a la victoria de enero de 1959. Hago la salvedad del diario Revolución, creado
como órgano del Movimiento 26 de Julio, y el diario del Partido Socialista
Popular, Noticias de Hoy, que volvía a ver la luz después de muchos años de
prohibición. Tal vez el puntal de mayor prestigio en la prensa de entonces era
el semanario Bohemia -con medio siglo de presencia en la vida nacional -
quemantiene su publicación, pero bajo nueva dirección, tras la marcha
voluntaria al exilio de su impredecible director, Miguel Ángel Quevedo. (Vidal
Rodríguez, ND)
En
1965 ve la luz pública el diario "Granma" producto de la fusión
voluntaria de los periódicos "Hoy" (órgano del Partido Socialista
Popular) y "Revolución" (órgano del movimiento 26 de Julio). El
periódico "La Calle" que inicia su tercera etapa en julio de 1959, se
transforma posteriormente en "La Tarde" y este a su vez en
"Juventud Rebelde". El periódico "El Mundo", ya en manos de
sus trabajadores, tras la marcha al exilio de su propietario, continuó
editándose después de 1959, hasta su definitiva desaparición, tras medio siglo
de existencia, por la necesaria reestructuración de los medios de prensa.
El
debate sobre el marxismo y la cuestión de la opción por el socialismo, se
convertiría en una de las prioridades en la agenda a medida que avanzaban los
sesenta. Sobre la divulgación del marxismo y también sobre el marxismo mismo
como teoría. El rumbo revolucionario se había definido ya como socialista; se
introducía, desde posturas autóctonas (en términos de legado independentista y
de soberanía actual) al contorno del socialismo existente, y asumía el marxismo
y el leninismo como matriz teórica. El debate público cubano se ha
desarrollado, profundizado y expandido durante las dos últimas décadas. El
ejercicio del debate constituye un medio para el compromiso y la cooperación
sociales. La mezcla de los discursos políticos y los culturales ha
caracterizado a la esfera pública cubana.
En
el campo cultural se podían definir tres corrientes con poder: la que se
agrupaba en torno al recién creado Consejo Nacional de Cultura (CNC), la que
representaba el ICAIC, y la que se había conformado en torno a Revolución, más
concretamente a su suplemento cultural Lunes
de Revolución. Cada uno tenía su área de competencia y sus enfoques de qué
hacer y cómo hacerlo. (Quintana Pérez, ND)
Las
confrontaciones con la realidad fortalecían o desgastaban la credibilidad y el
compromiso con el proyecto y su proceso como un todo. Dependía de diversos
factores personales y coyunturales. Se presentaron alternativas de definiciones
radicales, no exentas de dramatismo e incluso de desgarraduras. Así llegaron
las distancias y las rupturas.
Todo
el proceso de cambios y adaptaciones que se llevaron a cabo en la Cuba de aquel
entonces solo trajo como resultado un crecimiento en cuanto a mentalidad se
refiere, una madurez en todos los sectores revolucionarios, donde por supuesto
la prensa no estuvo exenta. Buscar nuevas formas de decir, de manipular y, por
consecuencia, convencer. Una lucidez semejante a la de los grandes monopolios
mundiales de la prensa solo se pudo lograr a partir de esta dualidad de
criterios y disimiles debates que desembocaron en la compenetración,
entendimiento y sentimiento de responsabilidad con el proceso de entonces.
"La
libertad burguesa de prensa es la libertad de los ricos a ser propietarios de
la mayor parte de los medios de difusión del pensamiento, de los que se valen
para defender sus intereses de clase frente a los explotados. Es en cambio, la
falta de libertad de los pobres y desposeídos para disponer de tales
instrumentos, que implican inversiones cada vez más fabulosas, como no sea
dentro de límites muy estrechos y cuantitativamente inferior, sin comparación
posible con los medios de que disponen sus ricos explotadores".
Fidel Castro Ruz
BIBLIOGRAFÍA
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Sala
de prensa (2009)Cómo se cubrió hace 50 años.La revolución cubana en la prensa.
Año X vol. 4. Material Digitalizado.
Vidal Rodríguez, José Antonio (ND) Los
procesos nacionalizadores durante la revolución cubana según los testimonios de
los inmigrantes gallegos en la isla: 1959-1968. Material Digitalizado.
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