domingo, 31 de enero de 2016

El Habana Club…nuestro?



Por Javier Labrada García 

Calidad, sabor, tradición; amalgama de adjetivos a la altura de un producto que se ha convertido en la imagen de la Mayor de las Antillas en el mercado internacional desde su fundación en noviembre de 1993.
Aparecido tras la fusión de la Corporación CubaRon S.A. y el grupo francés Pernod Ricard, Habana Club Internacional es una empresa de capital mixto, responsable de desarrollar la marca y que en los últimos años ha alcanzado relevantes resultados en sus ventas a nivel global.
Sin embargo una disputa legal de casi dos décadas puso en entredicho la posibilidad de emplear dicha marca, y mantuvo enfrentadas a las corporaciones Bacardí (una compañía erigida por los más famosos productores de ron de Cuba que se exiliaron después de la revolución de 1959) y Cubaexport, el socio cubano de Pernod Ricard por la distribución mundial del ron.
El conflicto tuvo su capitulación hace unas semanas en la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos donde se decidió que el legítimo propietario es una empresa del gobierno cubano.

La empresa Bacardí comercializaba su propio Habana Club fabricado en Puerto Rico a partir de la receta de la familia Arechabala (los fundadores de Havana Club), residente en la Florida. Por su parte Pernod Ricard distribuye actualmente la marca en más de 100 países y vende alrededor de 4 millones de cajas al año.
La decisión de Cubaexport de renovar la marca en el año 2006 fue el detonante del conflicto. En esa ocasión la petición fue rechazada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros, bajo el pretexto de que la concesión de una licencia “sería incompatible con la política de Estados Unidos.”
Más recientemente la empresa cubana impugnó la solicitud para pagar sus gastos de renovación de la marca del 2006 por otros diez años y le fue concedido.
La tenebrosa mano del bloqueo volvía a jugar sus cartas. La madeja de leyes que teje sus políticas es la principal responsable de la legislación que impide el registro del Havana Club y al mismo tiempo ampara las ventas ilegales de Bacardí, utilizando de forma fraudulenta la conocida marca de ron cubano.
Este 27 de enero venció el periodo de licencia que mantenía los derechos de la marca en el país, acordados en 2006, por lo que el fabricante francés Pernod Ricard deberá nuevamente lanzarse a la batalla épica de la legalidad, por reclamar un derecho que nunca le debió ser obstaculizado.
Desde su fundación Havana Club International ha estado comercializando en todo el mundo la marca de ron Havana Club producida en Cuba, con excepción al mercado de Estados Unidos, donde las ventas no son permitidas por el embargo estadounidense a la isla.
Ahora, en el escenario del proceso de normalización de las relaciones diplomáticas entre ambos países se espera que La Habana encabece las ventas de ron en Estados Unidos, que según Reuters, representa un 39% del mercado mundial de ron.

Un libro que ilustra los manejos ocultos de este conflicto es Bacardí: la guerra secreta, escrito por el periodista e investigador colombiano Hernando Calvo Ospina, donde pone al descubierto sus actividades comerciales y políticas, además de sus vínculos con la CIA y el gobierno de Washington.
De igual forma revela que desde su nacionalización por el gobierno cubano en el año 1960, el imperio Bacardí ha participado en la redacción de un sinnúmero de leyes comerciales donde se especifica que cualquier marca registrada en Cuba no puede ser reconocida en EE.UU.
“La guerra del ron” ha iniciado, como la Segunda Guerra Mundial, su viraje radical, pero el final está muy lejos de avistarse. Mientras, los cubanos esperamos ver desfilar la imagen de la Giraldilla por las calles del gigante norteño, como un pedazo de la isla que estuvo en el monstruo… y soportó sus entrañas. 




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