Mi boulevard te invita a
pasear; a transitar por los piélagos de la mente.Mi boulevard te enseñará los
caminos oscuros, los caminos angostos. La luz al final del túnel;esa, que muy
pocos son los que la cuentan.
Te enseñará la senda ancha, la
senda estrecha, el libre albedrío y las consecuencias de las malas decisiones.
Mi boulevard te llevará por los
atajos del intelecto, el desarrollo de la hipófisis, de las bulliciosas
neuronas que embisten los sentidos en las madrugadas tempestuosas y procrean en
un espacio vicioso un sinnúmero de ideas y percepciones de la vida.
Mi boulevard no tiene las
descripciones distinguidas de Martí en la “Exposición de París”, ni está a
orillas del río Sena, mucho menos cuenta con los elogios de Carpentier y sus
“espacios de Creación”, pero sí
disfruta de las manías, los caprichos,
los prejuicios y perjuicios de una era evolutiva e ingeniosa.
En mi Boulevard se abren
ventanas infinitas colmadas de hipervínculos inteligentes, de comentarios de Me
gusta aunque no sea Facebook, y existe una portilla llamada Faith book, que es
el “Libro de esperanza. Remedio para la convulsión global”.
Mi Boulevard comenta de la
negra con el turbante blanco, y el cigarro fragmentado; del camionero, que une
las razas con los olores y el sabor salado. Me cuenta de las cadenas que llevan
las gentes, ostentosas, de oro, de Stainless Steel, pero desconocen el peso de
las que llevan por dentro.
También me cuenta de los
análisis del matemático, de los problemaspitagóricos que donde hay cuatro
personas dos más dos es seis, sin olvidar al perro y al gato.
Quizás mi Bolulevard no te
conquiste, no te enamore, pero está lleno de gente que va y viene, copia y
pega, analiza y sintetiza, gente que por el significado de la palabra: curioso,
sonríe y le da el clic.
Por:Anna Liet
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